Una mujer se acerca a un hombre de espaldas que mira al horizonte, en la noche resuena todavía la emocionante canción de Caetano (cuentan que esa paloma no es otra cosa más que su alma..). Ella lo abraza, se aferra a él, como si cuanto más fuerte lo estreche entre sus brazos, antes sabrá lo que piensa...¿Pero que piensa ella, que ronda por su cabeza? No intente adivinarlo... Hable con ella.
Simplemente perfecta. Poesía pura. Una maravillosa obra sobre la incomunicación, la soledad, la locura, la amistad, el amor, la enfermedad y la muerte. Un prodigio de sensibilidad. Sobre el arte como medio para dejar hablar al corazón, y cómo este nos afecta nos influye. El ballet, las bailarinas de ojos cerrados de Pina (el cerebro de la mujer es un misterio...); el toreo y su furia, su raza, su pasión; el cine y su poesía, su poder visual, la imagen sobre la palabra. Curioso, arte sobre palabra en una película que aborda ante todo, la incomunicación. Me cuesta hablar sobre esta película sin emocionarme, sin emborracharme del sinfín de sentimientos que me provoca. Desde luego uno es indiscutible: admiración ante una obra redonda, perfecta, y sin reprimir las lágrimas de haber sido testigo de tanta belleza, de tanta verdad. Y todo de una forma tan sutil, tan delicada... Las notas de Alberto Iglesias resuenan en mi cabeza cuando pienso en su delicadeza, sus cautelosas notas de piano mientras Marco observa la habitación de Benigno ( y Alicia...) por primera vez, las miradas de este último desde la ventana a su Alicia, el abrazo precioso de Lydia, o ésta llorando en la boda, o toreando, o asustada por una culebra...Marco leyendo una nota, de pie, sin moverse, solo llorando... Y Amante menguante. Maravilloso. No hace falta subrayar nada, él solo tiene sentido por sí mismo, desencadenante del punto de inflexión de la película.Es perturbadoramente romántico. Y trágico. El poder del cine.Y es precioso. Una joya dentro de otra aún mayor. Es una película tan perfecta, trágica, desesperada, llena de locura, de pasión interior, de un romanticismo inmenso...Una obra maestra. Gracias.
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